La Asamblea general del 2009, animada por el soplo del Espíritu Santo se dejó enardecer por el fuego de un nuevo Pentecostés para la Compañía. La llamada a dejarnos transformar por el Espíritu ha marcado un camino de conversión renovada que requiere apertura de corazón y docilidad a sus inspiraciones. El documento Inter-Asambleas nos ha ofrecido pistas para vivir nuestra vocación y misión bajo el soplo de Pentecostés.
Damos gracias por el camino recorrido desde las última Asamblea; pedimos perdón por lo que podríamos haber vivido mejor y alabamos al Señor por la capacidad de escucha de su Palabra y la disponibilidad para acoger su voluntad.
CANTO No sé cómo alabarte, ni qué decir, Señor; confío en tu mirada, que me abre el corazón.Toma mi pobre vida, que sencilla ante Ti, quiere ser alabanza por lo que haces en mí. / GLORIA, GLORIA A DIOS. / (4) Siento en mí tu presencia, soy como Tú me ves; bajas a mi miseria, me llenas de tu paz. Indigno de tus dones, más por tu gran amor, tu Espíritu me llena. Gracias te doy, Señor.
ESTRIBILLO.
Gracias por tu Palabra, gracias por el amor, gracias por nuestra Madre, gracias te doy Señor.Gracias por mis hermanos, gracias por el perdón, gracias porque nos quieres juntos en ti, Señor.
ESTRIBILLO.
PALABRA DE DIOS:
*PERDÓN: (Ez 36,23-28)
- La voz de la Palabra: la Revelación; el rostro de la Palabra: Jesucristo; la casa de la Palabra: la Iglesia; los caminos de la Palabra: la misión. Perdón Señor porque esta Palabra ha sido y es el espejo que nos revela nuestras incoherencias, nuestras mediocridades, nuestra falta de vida interior.
La espiritualidad de comunión nos conduce a la compasión, a permanecer atentas al sufrimiento de los demás, a llevar la carga de nuestras Hermanas, a rechazar las tentaciones egoístas que continuamente nos acechan. Perdón Señor porque nuestra vida fraterna y nuestro estilo de vida no reflejan la calidad y la profundidad de nuestro don total a Dios.
Servir yendo y viniendo supone estar disponibles, en actitud de siervas, ofrecer nuestro tiempo con alegría, generosidad, gratuidad. Sabes Señor cuanto nos falta que recorrer en este sentido, ayúdanos a vivir el desprendimiento de nosotras mismas, danos una gran libertad de espíritu y una comprensión profunda de la misión de la Compañía.
El sentido de pertenencia refleja la vitalidad de la vocación y se traduce por la coherencia de vida con las Constituciones y Estatutos. La realidad actual de la Compañía requiere un análisis lúcido y sereno para ver cómo vivimos el carisma, cuáles son los gérmenes de vida que necesitamos reafirmar, cuáles son los puntos débiles que nos hacen tropezar. Danos tu luz y tu fuerza Señor, para ver y acoger los nuevos caminos que sueñas para la Compañía.
*ACCIÓN DE GRACIAS: Flp. 1, 3-11
Canto o salmo de acción de gracias : Salmo 137: Te doy gracias Señor de todo corazón…
*ALABANZA: Lc 10, 21-24
Nuestro deseo Señor, es hacer de nuestra vida una continua alabanza, por eso, ante ti queremos descubrir el núcleo de la alabanza, la esencia, la sustancia. Para ello acudimos a algunas palabras del Antiguo Testamento, que la definen, a fin de descubrir el significado y la esencia, que tienen la intención de comunicar: Hallal (aleluya) aparece 88 veces. Su significado es magnificar, celebrar, regocijarse, gloriarse en algo…, con un sonido claro y definido. Procedente de hallal está el término Tehillah, el énfasis en esta palabra reside en los cantos. Cantamos cánticos claros de alabanzas a Dios. Celebramos por este medio nuestra gratitud en cánticos. Tenemos que hacer alarde de Él tanto con las palabras como con la música.
Barak significa “arrodillarse en adoración”. En esta postura, el cuerpo completo expresa una adoración profunda. Arrodillarse delante de alguien es manifestar humildad, demostrando de esa manera, que la posición y dignidad de tal persona son superiores.
Esta quiere ser nuestra alabanza en esta tarde: Con palabras claras, con cantos bellos y postrándonos en adoración
Se expone el Santísimo. Canto: Cantemos al Amor de los amores.
SILENCIO
Canto: Quiero mi Dios escucharte. Enséñame a callar…
Señor, queremos alabarte:
1. Desde la mañana hasta la noche
“De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor (Sal 112:3).
2. Todo el Día
“Se llena mi boca de tu alabanza y de tu gloria todo el día” (Sal 71:8).
3. Toda nuestra vida
“Alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras exista…” (Sal 146:2)
4. En Todo Tiempo
“Su alabanza estará de continuo en mi boca” (Sal 34:1).
5. En Tiempos de tristeza
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios que volverás a alabarlo. Salud de mi rostro, ¡Dios mío! (Sal 42:11).
6. En Todo
“Dando siempre gracias por todo, al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5:20).
Canto: Como el Padre me amó… (Reserva del Santísimo.)
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