(Extractos de la intervención de nuestras Hermanas Jóvenes)
“Como los discípulos de Emaús, hoy volvemos a Jerusalén porque, junto a vosotras, nos sentimos enviadas a vivir “la audacia de la caridad para un nuevo impulso misionero”
“Igual que los discípulos conversaban con Jesús, hoy queremos compartir con vosotras lo que vivimos, lo que nos preocupa y soñamos, haciéndoos partícipes de nuestra realidad, y lo que nos mueve a servir y orar."
“Queremos que el Espíritu sea nuestro verdadero guía, para que nuestra vocación siga creciendo y madurando. Pero sabemos que no lo podemos hacer solas, necesitamos potenciar nuestros dones y que, cuando la debilidad y las sombras aparezcan, el perdón y el amor auténtico sea lo que nos mueva para un mejor servicio a Cristo en los pobres."
“Una de nuestras preocupaciones es que cada vez somos menos Hermanas en activo para dar respuesta a muchos servicios, por lo que creemos que el camino de la reestructuración de Obras conllevará una reestructuración en las Comunidades. ¿Cómo será este camino?... No lo sabemos, pero queremos que nuestra presencia sea significativa, con Comunidades vivas que sirvan a los más pobres. Sentimos la necesidad de ponernos a la escucha de lo que Dios nos pide en estos momentos y medir nuestras fuerzas. Necesitamos que Dios nos conceda lucidez, audacia, y disponibilidad para dejar y acoger, ir y venir donde la Compañía nos necesite. ¡No tengamos miedo, arriesguémonos y tomemos decisiones con audacia y valentía!"
Damos gracias a Dios a por vuestras vidas, por haber sido valientes en vuestro encuentro con el Señor, por haber hecho camino con él y por volver a Jerusalén a compartirlo con nosotras.
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