(De la reflexión de la Ecónoma Provincial en su informe económico.)
Tomar un billete de cinco euros en las manos y caer en la cuenta de que las imágenes que contiene reflejan épocas históricas distintas. Así su informe refleja un momento de nuestro pasado, pero leído en nuestro presente para ser capaces de proyectarnos hacia el futuro.
Ninguna de las construcciones que presenta se pueden asociar a un país determinado. Nadie puede apropiárselas como suyas. Así nosotras no somos más que meras gestoras de estos bienes, de los que hemos de dar cuenta a Dios y los pobres.
En su anverso hay puertas y ventanas (de distintos estilos según la cantidad que indica el billete). Puertas sólidas, abiertas, que posibilitan entrar en otra realidad, a la búsqueda de nuevos encuentros o alejándonos de realidades poco evangélicas que debemos dejar fuera.
En el reverso hay un acueducto (en otros billetes de distinto valor, un puente) que acerca, une, salva obstáculos, permite que el agua llegue a orillas distantes. Los materiales con los que construir este acueducto pueden ser diversos. Y esto debe ser también objeto de reflexión, ya que nos habla de los medios usados para realizar nuestra misión. Hemos de tener en cuenta su funcionalidad, sabiendo que nuestra actitud y el espíritu con el que usamos los bienes materiales es determinante en nuestra construcción del mundo justo y solidario con el que Dios sueña.
Eso si que es Audacia, hablar de economía y que todos lo entiendan. Porque mira qué complicadas, ya desde niños Ánimo, estoy segura que el Espíritu q os ha hablado os ha proporcionad Sabiduría y entendimiento
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